Texto de Jean-Claude Maleval
Si ni el S1 ni el a funcionan en el sujeto autista, y si ellos están en el principio de la transferencia y del sujeto supuesto saber, se vuelve particularmente difícil aprehender la transferencia autística.* ¿Hay que renunciar a este concepto o persistir en utilizarlo? La elección de la segunda hipótesis implica revisarlo apoyándose en la intuición de los clínicos acerca de un estilo de relación con el Otro propia de cada sujeto. Sin embargo se puede percibir con rapidez que no existe ninguna fórmula que valga para la diversidad de los posicionamientos subjetivos del autista, incluso si parecen imponerse tres grandes modalidades heteróclitas de la clínica: la transferencia trabada (Tustin), la transferencia al doble y la transferencia a un mediador.