Texto de Miquel Bassols

Nos encontramos en el momento de concluir este Congresso della Scuola Lacaniana di Psicoanalisi que nos ofreció una gran variedad de combinatorias clínicas de estos tres términos: transferencia, amor, goce.* A su vez, hemos escuchado varias vertientes y declinaciones de la fórmula que los une.

¿Conclusión? No la hay, pero sí algunas puntuaciones para relanzar el trabajo.

Hay una transferencia del goce al amor

Hemos podido subrayar el origen del concepto mismo y de la experiencia de la transferencia en el psicoanálisis.

La transferencia, según el término original alemán del texto freudiano –Übertragung– es, en primer lugar, un desplazamiento. Es cierto que la transferencia de trabajo en el Campo freudiano nos hace desplazarnos mucho, viajar mucho de un sitio a otro. La Übertragung es primero una transferencia que desplaza la libido del campo del goce a la experiencia del amor, una transferencia de la satisfacción autoerótica de la pulsión, que no tiene un objeto predeterminado, hacia la construcción de un objeto de amor que está determinado por aquello que Freud había aislado como las condiciones del amor, las Liebesbedingungen. Son las condiciones estructuradas por el fantasma del sujeto. El fantasma es lo que suministra al sujeto el encuadre de esas condiciones particulares, lo que fija el acceso de la pulsión a un objeto. Hay así, en el amor, la construcción de un objeto nuevo para una pulsión que no lo tenía.

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