Texto de Julio González

Lacan señaló en su Conferencia de Ginebra1 que los autistas se escuchan ellos mismos, afirmación que constata la particular manera con la que escuchan la lalengua. El insoportable impacto del Uno de lalengua sobre el cuerpo –propio a todo ser hablante–, se escucha en el caso del autismo sin mediación alguna. No se produce un sentido que cifre el goce. Tampoco el objeto a. No es posible borrar tal impacto, lo que permitiría la construcción de un cuerpo.

En el autismo se da, por lo tanto, una problemática específica en la efectuación de las operaciones de alienación y separación. Así, el fracaso de la separación, que se produce en esa ocasión, nos advierte de que la alienación se realizó de un modo incompleto, es decir, el sujeto autista quedó congelado en lo que Jacques-Alain Miller en su curso Los signos del goce2 desarrolló como un primer tiempo de la alienación. Una alienación, por tanto, que no agujerea.3

Debes acceder para ver el resto del contenido. Por favor . ¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros