“Los cuatro de Lacan, 1,2,3,4”, corresponde a la segunda parte del curso que Jacques-Alain Miller impartió durante el periodo de 1984-85, si bien en el primer tomo titulado 1,2,3,41 daba cuenta de que todos los matemas de Lacan corresponden a estructuras cuatripartitas, en este segundo tomo, Jacques Alain Miller se pregunta el por qué. No se contenta con constatarlo sino que su objetivo es deducirlo. Para ello parte de que el cuatro se puede formalizar a partir del axioma de Lacan: “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, principio que Lacan puso en práctica y que Miller va a desarrollar y tratar de deducir a lo largo de este seminario hasta demostrarlo y convertirlo en teorema.
¿Por qué estas estructuras cuatripartitas ponen en juego cuatro términos, cuatro lugares, y por qué estas construcciones de ordenamientos subjetivos se tienen que hacer de a cuatro?
Parte de que el cuatro está fundado a partir del inconsciente donde el sujeto tiene un orden de estructura, siguiendo la orientación de la estructura en lo real. Se trata de una lógica tomada de la lingüística estructural, de un orden de estructura.
En la estructura del lenguaje se encuentra la metáfora que da lugar al malentendido, siendo el discurso de las matemáticas el único que no produce sentido. Y es únicamente en los matemas donde se tiene en cuenta la estructura del significante prescindiendo del significado.
Lacan formaliza el cuatro que se produce de aquello que vincula la oposición con la sustitución; al comienzo de la vida humana ya encontramos una oposición fonemática a partir de la elaboración por parte de Lacan del Fort-Da freudiano que da cuenta de la entrada del sujeto en lo simbólico.
Este recorrido de cuatro tiempos es un intento de recuperar el objeto perdido que se sostiene en un imposible de decir. Enseña que la letra no es toda significante y pone de relieve su valor de objeto, el caput mortuum del significante.
El escrito sobre La carta robada le sirve a Miller de fundamento y desarrollo de la estructura cuaternaria. Lacan elaboró este seminario con posterioridad a la elaboración de las leyes del lenguaje, en el que formaliza su primer grafo con las alfa, beta y gamma y delta, asociadas a la estructura radical del lenguaje, en el que hay una primacía del orden simbólico y cuyo ordenamiento determina al sujeto.
Miller desarrolla e ilustra topológica y matemáticamente el deseo que da cuenta del modelo de la memoria inconsciente. Extrae así de este seminario que la letra no es toda significante. Poniendo de relieve su valor de objeto imposible de decir, que no cesa de escribirse. El grafo del deseo deriva de los grafos elementales de este primer grafo. Eric Laurent a partir de este ordenamiento de las cadenas que despliega Miller estima que se podría considerar como un modelo con el que verificar las concepciones de la cura, en la que se puede localizar la huella lógica de lo que se resiste al recorrido y por otro lado aquello que cae del lado del significante: el caput mortuum.
El grafo está en los orígenes del estructuralismo lacaniano donde las estructuras elementales del parentesco suponen grafos.
En la estructura cuatripartita del grafo del deseo está introducida la relación del Sujeto con el objeto, la fórmula del fantasma.
El recorrido del grafo procede de forma binaria por alienación-separación, es decir por dos campos, el del Sujeto y el del Otro. El Otro siempre es Otro de la sorpresa, distinción esencial en el final del análisis.
Es en estos términos que la interpretación analítica apunta a la causa del deseo imposible de decir. En la experiencia analítica el sujeto que nos concierne es el sujeto vacío.
Con la estructura del matema del significante de la falta en el Otro, S(Ⱥ), desde la perspectiva de la interpretación, no se trata tanto del significante del sujeto, sino que está más cerca del Nombre propio, porque significa no la ausencia del sujeto si no su presencia. Lo que prueba la existencia del sujeto no es el sujeto dividido si no que se trata del goce.
A lo largo de su enseñanza Lacan pasa de la gramática a la lógica del fantasma, donde relaciona sujeto del inconsciente y goce; entre las formaciones del Inconsciente y el objeto a.
Para construir la teoría de alienación-separación se basó en la teoría de los conjuntos. La alienación corresponde al discurso del amo que nos da el fundamento significante del yo (je): S1/$ y a su vez permite escribir la alienación inconsciente, añade el lugar del S2 el “a” como plus de gozar. Este discurso del amo excluye el fantasma, pone de manifiesto el “yo no pienso”.
A partir del “yo no soy” y el “yo no pienso” tenemos una estructura cuatripartita, una forma de conjunción del objeto y la castración, que en Lacan se encuentra como “impasse del sujeto”. En su reseña de la lógica del fantasma es la construcción misma del fantasma, hasta el punto de que en ese impasse, se le revela al sujeto su pase.
En el “yo no soy” el valor de la interpretación es el esfuerzo para identificar al sujeto allí donde ha desaparecido bajo el significante, la interpretación revela lo indecible.
El psicoanálisis no se podría concebir si el amor no tocara el ser y no tocara también el honor y el horror, a partir de aquí Lacan explica sus efectos en la clínica de la histeria y la clínica de la obsesión.
La frase de Lacan: “una estructura cuatripartita” culmina con la noción de discurso, cuatro ordenamientos subjetivos, cuatro discursos.
La dificultad radica en que el matema del discurso analítico es sin palabras por lo que no se puede extraer una doctrina del recorrido de la experiencia analítica.
Si el término “estructuralismo” puede parecer adecuado al Inconsciente es debido al rasgo de atemporalidad. Hay una tensión entre el Inconsciente que no conoce el tiempo y la cura analítica que reintroduce el tiempo.
El Inconsciente es historia, podemos ajustar y situar el factor tiempo en la cura ya que el ordenamiento subjetivo del sujeto no está basado en el desarrollo evolutivo, sino en el concepto de regresión; pero siendo una regresión histórica no cronológica, esta regresión no es real sino discursiva y fantasmática, una regresión a la relación fantasmática primera. Para Lacan es un orden de estructura, hay una lógica, pero es una lógica que no incluye el tiempo en sucesión.
La culminación de esta orientación de Lacan es la noción de discurso, una estructura cuatripartita de cuatro ordenamientos subjetivos fundamentales, es decir, de cuatro fórmulas.
Según Miller es de un doble imperativo de lo que se trata en la frase de Lacan sobre las estructuras cuatripartitas. Con el matema del Sujeto-supuesto-saber Lacan escribe el momento inicial de la cura, mientras que con el matema del discurso analítico, no hay inicio ni final, ya que es una estructura sin palabras. Lo que es constante en Lacan es la definición del final del análisis a partir de modos de conjunción.
El recorrido de la cura a partir de modalidades va de una contingencia a la imposibilidad, esto supone que el amor de transferencia puede ser definido como lo que cesa de no escribirse y la imposibilidad de la relación sexual en cuanto no deja de no escribirse. Miller alerta con no contentarse con la fórmula del fantasma, hay que llegar a la fórmula de la demostración de lo imposible, de la relación sexual como imposible en el recorrido de la cura.
Para concluir diré que Miller en este seminario nos ha aportado los elementos esenciales para dar razón del cuatro que encontramos en la enseñanza de Lacan.
El objetivo de Miller -a partir de las enseñanzas de Lacan- es hacer avanzar el psicoanálisis, por ello en los testimonios de pase “es exigible”, nos dice, una construcción de la cura que dé cuenta de sus variaciones y elaboraciones que permitan producir una enseñanza.
La articulación del pase y enseñanza, del pase y transmisión, apuntan según Lacan a la restauración del estatuto del psicoanálisis didáctico y de la enseñanza del psicoanálisis y, a su vez, supone, dice Miller, que se aporten valores que autentifiquen la experiencia. En esto consiste la institución de un jurado.
Lluísa Andreu. AP, Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Psicoanalista en Barcelona.
Notas:
- Miller, Jacques-Alain. 1,2,3,4 Tomo I. Paidós. Buenos Aires, 2021.