Lacan se interesó explícitamente en sus seminarios por los niños denominados retardados o débiles. Es en Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis donde por primera vez se refiere a ellos. Se apoyó en el libro de Maud Mannoni El niño retardado y su madre2para afirmar que, en esos niños, la primera pareja de significantes S1-S2 se solidifica, se holofrasea, y que a falta de ser sujetos representados en el campo del lenguaje se reducen a no ser más que el soporte del deseo de la madre.3

En 1964, lo que predomina en la enseñanza de Lacan es la dimensión del Otro y la estructura significante. Eso explica que Maud Mannoni, su alumna, centre sus desarrollos sobre la relación fantasmática del niño y su madre. Su tesis principal es considerar que el niño retrasado y su madre forman un solo cuerpo, de allí se deduce que la cura debe ayudar al niño a asumir su historia en su propio nombre.

Entre dos discursos

En su artículo de 1985, «Al lado de la placa. Sobre la debilidad mental», Pierre Bruno afirma que M. Mannoni elabora una concepción de la debilidad mental, esencialmente, como muestra de un decir parental. Lo cito: «El objetivo de su libro (…) es restituir al niño débil su estatuto de sujeto al liberarlo de los significantes parentales y médicos que lo identifican como débil».4A partir del caso Hem, desarrollado en ese texto, P. Bruno se sitúa en una concepción centrada sobre la relación simbólica entre el niño y el Otro. M. Mannoni afirma que el niño se hace débil para enmascarar la depresión materna y Pierre Bruno, por su parte, asevera que es para que el Otro quede ileso.

La interpretación, entonces, se dirige a separar al niño de su alienación al Otro de manera que posibilite la emergencia de su propia cadena significante. El acto del analista toma aquí apoyo en una teoría que conserva cierta relación, una cierta continuidad entre el sujeto y el Otro.

Ahora bien, el título del artículo de Pierre Bruno, «Al lado de la placa» se toma prestado del Seminario de Lacan …o peor en el que justamente lo que prevalece no es el Otro, sino el Uno.

Resituemos esta cita en su exactitud, se encuentra, por cierto, en el capítulo titulado por Jacques-Alain Miller «En el campo de lo Uniano». Cito entonces a Lacan: «Llamo debilidad mental al hecho de ser un ser hablante que no está sólidamente instalado en un discurso. Eso es lo valioso del débil. No es posible definirlo de ningún otro modo si no es el de estar, como se dice, un poco despistado, es decir que fluctúa entre dos discursos».5

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