En primer lugar, quiero agradecer la decisión del Consejo por la oportunidad que supone que la Comunidad Andaluza sea nuevamente anfitriona, esta vez con el tema «La vida de la Escuela: transferencia de trabajo». En junio de 2020 se celebró también en Andalucía las NDA con el tema «La transferencia de trabajo, entre presencia y virtualidad». Esa noche estuvo presidida por el golpe de la pandemia y se celebró en confinamiento. La de hoy, entre presencia y virtualidad, se acompaña de otra sacudida, esta vez la que produce las palabras de J-A. Miller en la secuencia de los presidentes al decir lo que piensa de la ELP.

La práctica de la conversación en la que nos encontramos nace a partir de la gran crisis institucional de la AMP, en esta crisis la invención fue la Escuela Una. La invención es el saldo más valioso en cualquier crisis, cuando el Otro no existe solo queda inventar. La interpretación de Miller tocó directamente a Barcelona, pero la onda expansiva alcanzó de lleno a la ELP, nadie que esté en la Escuela queda fuera. La conversación enseña las distintas maneras en cómo esta interpretación es recibida, pero nadie duda que estamos siendo trabajados por ella, vueltos al diván, como señaló Irene Domínguez en Barcelona. Devolver la ELP al diván es una lectura que acentúa la dimensión que tiene la Escuela como experiencia y también el lugar que ocupa J-A. Miller como más Uno. Estamos aún en tiempo de comprender qué clase de alcance tiene la misma.

Un comunicado de la presidencia, tras el primer encuentro que se produce en Barcelona, recoge los puntos abordados en la conversación: la identificación al sujeto supuesto saber y el abandono de la posición analizante. La ausencia de trabajo en comunidad y el abandono en la Escuela de la discusión clínica de nuestra práctica se presentan como efectos que repercuten en la transferencia de trabajo, por tanto, en la vida de la Escuela. Félix Rueda, en su presentación en Barcelona, se detuvo en el sintagma «preservar a la Escuela» y señala cómo la Escuela ha cedido su lugar de agalma. Es interesante escuchar los matices que aparecen en la conversación tanto en Madrid como en Barcelona, las precisiones en las que no siempre reparan, conocen o recuerdan el conjunto de los miembros. Se comentó, por ejemplo, el carácter instrumental con el que nace la FCPOL como herramienta, también la existencia de un sentimiento en algunos miembros como de algo ajeno a ellos cuando de esta herramienta se trata. Esto me hace considerar que la Escuela como experiencia puede tener no solo efectos de formación sino también de información, lo que tiene su interés dado que la inmersión en la Escuela no se realiza como un curso estandarizado. Con las permutaciones es otra cosa, no hay un sentimiento de algo ajeno cuando de ellas se trata, está inscrita en la lógica de la vida de la Escuela. Sin embargo cierto vaciamiento en este sentido se viene manifestando, algo parece que flaquea en la decisión de querer hacer la experiencia de la Escuela desde el lugar de las instancias y conviene no olvidar que la conjunción entre lo analítico y lo institucional no se puede soslayar. Lacan dijo «… el espíritu del psicoanálisis, que hay que suponer pueda manifestarse a través de ustedes, puesto que no se puede esperar en otra parte»2por eso no tenemos cuotas más elevadas para contratar personal administrativo y al mismo tiempo, esta lógica de la permutación no impide considerar que el crecimiento de miembros y el paso de los años tensiona la envergadura del trabajo por hacer.

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