Freud, siendo ”dócil a la histérica”, dándole la palabra y siguiendo sus dichos al pie de la letra, logrará elucidar los síntomas, no sin descubrir que en ellos se anuda un tejido de significantes que remiten a un saber inconsciente y a una secreta satisfacción de goce.

El síntoma hunde sus raíces en el trauma sexual. Es sobre este punto que Lacan en el curso de su última enseñanza elucidará el nudo del síntoma, de lo sexual y del inconsciente1.

Trauma: Primer acto

Tomaré como punto de partida el Freud de los orígenes del psicoanálisis. En su Proyecto de una psicología para neurólogos (1895) Freud le dirige a Fliess una primera formalización del inconsciente, y en la Segunda Parte del mismo, en el capítulo Psicopatología de la histérica explica el mecanismo de la formación del síntoma tomando como ejemplo un caso de su práctica, el caso Emma2.

Como sabemos, Emma consulta porque no puede entrar sola en una tienda. Freud la orienta a descifrar esta imposición sintomática. Surgirá entonces un recuerdo que data de los doce años. Entrando en una tienda, vio a los dos dependientes riendo entre ellos, ante lo cual echó a correr presa de una especie de pánico.

Los pensamientos relativos a esta escena que surgirán, son dos: primero, los sujetos se habrían reído de su vestido y además, uno de ellos le había atraído sexualmente. Freud indica las incongruencias entre este fragmento y sus efectos sintomáticos.

Debes acceder para ver el resto del contenido. Por favor . ¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros