Texto presentado en las Noches del Directorio ampliado, el 4 de junio, en la Comunidad Valenciana de la ELP, actividad realizada bajo el epígrafe “Escuela, Transmisión y Extimidad”.

 

Proseguimos la conversación de Escuela

Hemos tomado el tema de la “transmisión del discurso analítico” porque además de formar parte del IV Encuentro de Elucidación que celebramos el pasado mes de abril, es un punto vivo de preocupación en nuestra comunidad. En realidad, es también una continuación de la conversación que tuvimos el curso pasado que como recordaremos fue sobre la “Acción Lacaniana”. Nos ocupa la “extensión”, ampliar y establecer lazos con lo social, tema que está relacionado con la renovación, digamos, generacional de la Escuela y en concreto respecto de nuestra Comunidad.

Felicitamos al nuevo Consejo, que en su primer comunicado y ante la contingencia de las dificultades para la permutación de las instancias, comenta como cuestión a pensar “que no se ha producido un aumento significativo de miembros desde la fundación de la Escuela en el año 2000”. Proseguimos la conversación de Escuela, tomando esta indicación no tanto como disfuncionamiento, más bien como síntomas de la Escuela-sujeto.

Por un lado, hemos constatado la solidez de la Institución Escuela, también y hay que subrayarlo, está presente la viveza y transferencia de trabajo en la que estamos comprometidos. Así también, se producen nuevas admisiones, hay demandas de membresía, tenemos el pase, el cartel y el control como ejes fundamentales. Esto no es poca cosa, no queremos dar la impresión de relativizar estas tareas, al contrario y decimos, tomado la expresión de Antoni Vicens que: “No hay transmisión sin Escuela”, nos parece el punto de anclaje principal a no perderlo de vista.

No obstante, también es cierto que tenemos dificultades en la extensión, que una vez más se presentan obstáculos, e incluso -respecto del discurso corriente- detectamos cierta recesión, un desafecto por los semblantes habituales del psicoanálisis. Vamos pues a hablar, hablar bien de los obstáculos, son nuestra fuerza.

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