El comienzo del análisis se precipita a partir de un acontecimiento desencadenante. Ese tiene 33 años, vive una convivencia que no la satisface. Desde hace algunos años tiene un síntoma que ha nombrado como “dolor de cabeza”, que la inhabilita, que no le permite trabajar, ni continuar con sus estudios. Busca una salida, pero cree que no puede escapar a su destino. Quizás solo un nuevo amor la pueda salvar. Decide llamar por teléfono a un ex-novio, que durante un tiempo se aloja en casa de unos amigos comunes. La voz del joven que la saluda diciendo: “Mi esposa está aquí junto a mí”, la precipita en un abismo de angustia.

Aún (Ancora)10 otra mujer…

La novela familiar: Désireé 11

Ese fue una hija muy deseada por sus padres, originarios del Sur de Italia. La familia materna, particularmente, había intentado reducir al máximo las huellas del propio origen del que se avergonzaba. La consigna de la rama materna era: “Ve con los que son mejores que tú y págales los gastos”.

Cuando era niña solía acompañar a su madre a comprar una crema que usaba desde hacía muchos años que, decía, le había aclarado su tez color ámbar. Ese rasgo tan insoportable que mostraba al Otro lo que debía quedar oculto, causó en su madre cierta convicción algo mágica: si durante todo el embarazo hubiera mirado fotos de niñas rubias con ojos azules, la hija que esperaba habría correspondido a esa imagen ideal.

El peligro de asfixia que acompaña el nacimiento de Ese hace que el amor materno se exprese, sobre todo, a través de la idea angustiante de que cualquier movimiento habría podido tener efectos catastróficos en la vida de la niña. ¡Siempre Había algo que podía explotar! Cualquier ruido inesperado era motivo de preocupación. Permaneciendo inmóvil cerca de ella y dejando cada cosa en su sitio sin tocar nada, todo saldría bien.

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