He finalizado mis tres años de AE el 22 de mayo de 2020. Apenas habíamos salido del confinamiento por el Covid. Encuentro con un real que indudablemente tocó el cuerpo. Fue un momento duro, había que encontrar modos de hacer con ello, los mejores posibles. En mayo, los testimonios de AE aún estaban en souffrance. Más tarde, con las orientaciones de J. A. Miller, cada una de esas lettres, empezaron a llegar a destino a través de las pantallas, hacia los cuerpos, los parlêtres de cada uno de los que conformamos una Escuela. Esta decisión, fue y sigue siendo un gran reto sobre ese punto central que es la Escuela del Pase para los analistas que conformamos la AMP. Para mí, fue una apuesta valiente, en un momento complicado. Fue apostar a que a pesar de las pantallas, algo podía atravesarlas y tocarnos.

Necesité tiempo – pude dármelo una vez más – sin precipitación, para decidir no dejar caer la transmisión de un último testimonio que podríamos decir, está ubicado en el post – tiempo de AE, porque el ex AE no existe. Es así que decidí hacerlo llegar a modo de escrito de una letra- lettre al lector4.

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