Me ha tocado hacer mi primer testimonio en francés en las Journées de la ECF desde mi casa el fin de semana pasado, y hoy mi primer testimonio en español también a través de Zoom. Estamos atravesando condiciones difíciles y extrañas, mi trabajo en el dispositivo estuvo marcado por los efectos de la pandemia en nuestras vidas, también el comienzo de mi trabajo de investigación como AE, es curioso el modo en que estas circunstancias resuenan con mi hystoria y mi síntoma.
Salir adelante en circunstancias difíciles fue una habilidad largamente ejercitada y que se forjó muy tempranamente. Sin embargo, sus determinaciones y su reverso sólo fueron captados en los tramos finales de mi análisis. Me gustaban los exámenes difíciles, en ellos sacaba la mejor nota. En situaciones límite, (en las que no había nada que perder o todo estaba perdido), encontraba el modo de actuar y seguir adelante. Sin embargo, la capacidad de trabajo, el tesón y la determinación iban a la par de una fuerte inhibición en determinados terrenos. Puedo decir que 27 años de análisis repartidos en tres tramos con tres analistas me condujeron a estar hoy aquí habiendo podido reducir y finalmente superar esa inhibición.
Hija única de una pareja enamorada y casada hacía 10 meses, llegué al mundo un mes y medio después de la muerte repentina de mi padre a causa de un infarto, llegué tarde para conocerlo. Con mi madre en pleno duelo por la pérdida de su gran amor, duelo que reavivaba el de su madre acontecido cuando ella tenía 8 años y el de su hermano mayor unos años después, fuimos acogidas tempranamente en el seno de la familia materna ampliada. Me crie “entre varios”, rodeada de adultos que se ocupaban de mí y a quienes yo había venido a alegrar. Muy consentida, mis demandas eran órdenes. Un recuerdo infantil, siempre presente pero cuya lectura sólo fue posible hacia el final del análisis muestra los inicios de un verdadero programa de goce centrado en la seriedad y el hacer que las cosas marchen. Dominio y control frente al desparramo.