Elaborado a partir de la conferencia dictada en el Ciclo de Extensión Universitaria de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de la sede Madrid, el 18-3-20 “Las pasiones y sus efectos en el lazo socia”. Se puede visionar en la web de la sede.

Introducción

Se me ha invitado para hablar del cinismo, un tema que nuestra desfachatada clase política ha vuelto de rabiosa actualidad. Pero, ¿cómo ubicar el cinismo en un ciclo de orientación lacaniana sobre las pasiones?

Lacan precisaba en sus inicios que las pasiones, tales como el amor, el odio y la ignorancia, brotan del ser. Más tarde estableció un catálogo de los afectos originados por el estremecimiento del cuerpo que provoca el lenguaje, afines a lo que Santo Tomás llamaba pasiones del alma, donde también ubicaba el amor y el odio, añadiendo la concupiscencia, el temor, el deleite y la tristeza.

El catálogo lacaniano reúne: alegría, tristeza, mal humor, flema, risa, entusiasmo y beatitud, y tampoco hallamos el cinismo en esta lista. Es en relación al final del análisis que Lacan propone una peculiar expresión: saldo cínico.

Comencemos por remitirnos al diccionario de la RAE ¿Cómo define al cinismo?

Del latín cynismus, y este del griego κυνισμός.

  1. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables. 2. Impudicia, obscenidad descarada.

Desvergüenza, mentira, impudicia, obscenidad y descaro, como salta a la vista son palabras todas ellas que pertenecen al dominio de la ética.

Debes acceder para ver el resto del contenido. Por favor . ¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros