Félix Rueda
El texto de El sueño de Aristóteles corresponde a la conferencia que el doctor Jacques Lacan impartió en el Coloquio Internacional celebrado bajo el amparo de la UNESCO con ocasión del 23 centenario de la muerte de Aristóteles.
Lacan pronunció su discurso tras la sesión de apertura el 1 de junio de 1978.
La referencia al sueño de Alejandro Magno, del que Aristóteles era el preceptor, reenvía a su mención por Freud en La Interpretación de los sueños[1] y en su XVª Conferencia de introducción al psicoanálisis[2], dedicada también al trabajo interpretativo del sueño, especialmente al punto de incerteza que la fusión de los opuestos introduce en la interpretación del sueño. Freud esclarece la interpretación de esta “escritura figural” análoga al “sentido antitético de las palabras primitivas”, utilizando como referencia para dar cuenta del uso del equívoco en la interpretación del sueño, a la escritura china, que Lacan investigará en la época de Lituratierra y que extrae de esta XVª conferencia su raíz freudiana.
La interpretación del sueño de Alejandro había sido mencionada por Plutarco en sus “Vidas paralelas”: “Cuando el rey estaba empeñado en el sitio de Tiro tuvo Alejandro otra visión entre sueños, y fue aparecérsele un sátiro, que de lejos se puso como a juguetear con él y queriendo asirle se le huía; pero al fin a fuerza de ruegos y carreras se le vino a la mano. Los adivinos partiendo así el nombre sá-tiros, Σάτυρος = σά Τύρος, le dijeron con cierta apariencia de verosimilitud tuya será Tiro” [3]. Interpretación-juego, equívoco, que Lacan considera típica.
Los dos sueños que aparecen en el texto son el de Alejandro y el de Lacan, ambos en posición de discípulos, no el de Aristóteles.
Lo que Lacan se pregunta es si el silogismo -que ha llegado hasta nosotros por los discípulos, que afirma, sueñan- proviene del sueño de Aristóteles. El sueño de Aristóteles es su creencia en el todo representable; y el silogismo cojea en su aplicación de lo universal a lo particular. Si los analizantes silogizan, sueñan, los analistas pretenden articular lo universal y lo particular poniendo al frente la pulsión de muerte. Sin embargo, para Lacan, al igual que no hay “todas las mujeres”, hay entre el analizante y el analista, aquello que no se deja representar, el objeto a, que hace objeción al todo representable. Sueño del universal del que despertar, ya que no hay universal del analista, ni universal del acto, ni tampoco de la interpretación.
Félix Rueda AME, miembro de la ELP, psicoanalista en Bilbao
[1] Freud, Sigmund. “La interpretación de los sueños “, Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires, 1979, t IV, p. 121.
[2] Freud, Sigmund. “15ª conferencia. Incertezas y críticas”, Obras Completas. Amorrortu, Buenos Aires 1987, t XV, p. 216.
[3] Plutarco. “Alejandro y Cesar” Vidas paralelas (traducidas de su original griego por D. Antonio Ranz Romanillos). Tomo III. Paris, Librería de A. Mezín. 5 Calle des poitevins. 1847. p. 199.