Texto de Vilma Coccoz

En el estado de los discursos feministas tal y como se presentan en el momento actual reverbera la célebre pregunta enunciada por Freud en los años treinta “¿Qué quiere la mujer?”, que Lacan reformula teniendo en cuenta la imposible universalidad de su respuesta: “¿Qué quiere una mujer?”.

Aunque estamos asistiendo, según dicen, a una tercera ola del movimiento, distinguida a partir de escansiones temporales que van desde el siglo XIX hasta la fecha, cierto es que no es posible reunir su ideología en una unidad. No hay pues un solo feminismo sino varios, diversidad acorde con el carácter singular de las elaboraciones de las autoras de referencia que llega a manifestarse a veces en enconados pronunciamientos.

A los fines del tema que nos ocupa en las próximas jornadas de la ELP, voy a ceñirme a una de ellas, cuyas proclamas, imbricadas explícitamente en un tejido autobiográfico, ofrecen la ocasión de encontrar huellas de “Otra cosa” en la presentación argumentada de su posición en la vida.

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