El Seminario R.S.I.1, de gran complejidad, inaugura el pasaje de la enseñanza de Jacques Lacan a lo que Jacques-Alain Miller ha nombrado “la última enseñanza”.

¿Cuál es el interés de Lacan en el momento de este Seminario?

El mismo de siempre, el de la práctica analítica, en el sentido de la operación analítica. En este seminario se plantea en varias ocasiones la pregunta que le ha ocupado a lo largo de toda su enseñanza y que reformula, en la lección del 14 de enero de 1975, de la siguiente manera: “¿Qué implica que el psicoanálisis opere?2.

Esta pregunta, que atañe a la operación del discurso analítico, no deja de implicar un cuestionamiento de la interpretación analítica, en relación con saber a qué debe responder la interpretación para ser eficaz a nivel del goce del síntoma. En el horizonte de esta pregunta encontramos en este seminario una interrogación sobre el pase como último objetivo del analista, es decir, el pasaje del analizante al analista. En efecto, Lacan aborda el pase en los siguientes términos: “este pase por el cual, en definitiva, de lo que se trata es de que cada uno aporte su granito de arena al discurso analítico, dando testimonio de cómo se entra en él3.

En el centro de este seminario, encontramos, en cascada, una redefinición de la práctica analítica derivada de una redefinición de la función del síntoma, que implica una redefinición de la función del padre. La herramienta de referencia de este cuestionamiento es el nudo borromeo, “da cuenta de la experiencia analítica. Ahí está su valor.”4. Esta nueva herramienta permitirá volver a pensar la experiencia analítica de nuevas maneras. Lo que sabemos sobre Lacan analista confirma esta coherencia entre su práctica y su teoría de los nudos borromeos.

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