Les comparto aquí mi lectura de “La proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, texto fundamental que estamos trabajando entre varios en la Comunidad del País Vasco de la ELP, en el Seminario de la Escuela: “Las enseñanzas del pase”. Proposición, pase y Escuela. Lecturas de la proposición de Lacan.
Usaré como “fondo de lectura”1el escrito de Lacan del año 1956, como él mismo propone, para ver si logro ir esclareciendo algunas partes de este complejo texto.
Cabe destacar que en el reciente informe del cartel del pase D13 (2021-23), se ha planteado que “se espera una transmisión del deseo del analista” 2, aludiendo a las escasas referencias a la transferencia y la necesidad de “un empuje más”3que desvele el singular modo de goce en ese punto opaco del pasaje de analizante a analista. Se puede leer allí la propuesta de investigación en los restos sintomáticos y la respuesta singular del pasante con ellos, como puntos a aclarar, claves en el dispositivo.
Adivina, adivinanza
Iré primero con lo que Lacan nos plantea como fondo de lectura para la proposición, me refiero a su texto “Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956”. Allí sitúa lo que llama “un callejón sin salida”4 para los post-freudianos.
Escribe: “el problema sólo se les planteó a partir del momento en que el paciente, que estuvo pronto tan al tanto de ese saber cómo lo estaban ellos mismos, les sirvió enteramente preparada la interpretación que era su tarea, lo cual, preciso es decirlo, es ciertamente la mala pasada más molesta que pueda hacérsele a un augur”5 Adivina, adivinanza. Aquí, frente a lo que llama “fantasías psicológicas”6, refiriéndose al tercero imaginario que los post-freudianos pretendieron tomar como respuesta a esta crisis (“el afecto, lo vivido, la descarga, la necesidad de amor…”7da una larga lista), Lacan favorece el registro simbólico. Ubica allí donde los post-freudianos fantaseaban en sus augurios, el Otro con mayúscula, la determinación simbólica, que, tomando a Freud, describe cómo “tesoro con el que quedaron enriquecidos sus seguidores”8, lógica combinatoria9. Además, en este escrito, critica fuertemente lo que llama “política de silencio tenaz”10 en la IPA, dice: “el analfabetismo en su estado congénito no deja de tener esperanzas de tener allí éxito”11. Se trata de que el analista no permanezca “completamente iletrado”12. Compara la IPA con el “caso del señor Valdemar”13, muerto viviente, donde prima el “terror conformista”14. Aborrece la idea de la IPA de “tener 100 analistas mediocres”15. Va contra la degradación de la calidad en favor de la cantidad. Este punto, permite quizás pensar las últimas declaraciones de las presidentas de la ELP y la AMP en la reciente conversación en Barcelona: “La apuesta por la juventud”, donde se señaló la importancia de “apostar por los mejores”. No hay que conformarse, se trata de seguir trabajando, con decisión.
Bien, entonces me planteo subrayar ahora dos significantes propios a la IPA., que Lacan ubica en 1956, a los que procuraré oponer otros que encontré y pretendo localizar después en el texto de la proposición. Esa es la orientación que he tomado para la lectura y escritura de este trabajo.
En la IPA de 1956 tenemos: 1) Callejón sin salida. 2) Política de silencio.