En “¡Lacan por Vincennes!” constata Lacan la imposibilidad de la enseñanza del discurso analítico en tanto que este es un discurso que excluye la dominación y que no persigue una transmisión universal.

A diferencia de los otros discursos, el discurso psicoanalítico no enseña nada, no “está coordinado con un mundo por conocer”1, precisa Miller en su curso Todo el mundo es loco, ya que pone al objeto a en el lugar del agente del discurso y experimenta la variedad de la verdad.

El discurso psicoanalítico pone de evidencia la pretensión delirante de la enseñanza, en tanto esta última considera posible la transmisión de un saber en el que se efectúa una total correspondencia en la representación entre el sujeto que conoce y el objeto conocido. Como señala Lacan en 1970: “como si en el horizonte estuviera la idea de un columpio que va y viene del enseñante al enseñado”2. Desde esta perspectiva delirante, en la formación del psicoanalista se trataría de la transmisión de un saber hacer, en base a un saber asentado y a una serie de conceptos acabados. El analista así formado haría entrar cada caso en la horma de lo ya sabido alejándose de lo más vivo de la experiencia, operaría por lo tanto en un discurso de dominación.

Tal y como nos recuerda Miller, en su curso citado, Lacan criticó esta teoría clásica del conocimiento, años antes, en su escrito de 1961 “Observación al informe de Daniel Lagache”. No es posible la unión, la correspondencia entre el sujeto y el objeto, entre el inconsciente y la pulsión. Este punto lo retomará Lacan unos pocos años después de dicho informe, en 1966, preludiando la formalización de los cuatro discursos, en “La ciencia y la verdad” al señalar:

El objeto del psicoanálisis (…), no es otro sino lo que he adelantado ya de la función que desempeña en él el objeto a. ¿El saber sobre el objeto a sería entonces la ciencia del psicoanálisis?

Es muy precisamente la fórmula que se trata de evitar, puesto que ese objeto a debe insertarse, ya lo sabemos, en la división del sujeto por donde se estructura muy especialmente, de eso es de donde hemos partido hoy, el campo psicoanalítico3.

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