La escasez de miembros jóvenes en nuestra Escuela podría considerarse un síntoma de un fracaso más general de la transmisión, no solo a nivel de la difusión del discurso analítico en la cultura contemporánea, sino más particularmente a nivel de la práctica, el lugar de formación analítica puesto a prueba en el marco del pase.
Como contrapunto a la reciente atención prestada a la cuestión del pase en nuestra Escuela, quería destacar el papel del cartel como lugar de transmisión y espacio de formación que podría replantearse en el contexto de la actual política de la juventud.
Mientras que el dispositivo del pase se aloja en el corazón más íntimo de nuestra Escuela, podríamos decir que la experiencia del cartel saca el trabajo de la Escuela a la calle, abriendo la experiencia de la Escuela a cualquiera que esté dispuesto a comprometerse con la aventura del cartel y ofreciendo un punto directo de inscripción en el trabajo de la Escuela.
La topología del cartel tiene así el efecto de desplazar las fronteras entre el interior y el exterior de la Escuela, sacando el trabajo de la Escuela al exterior y situando al mismo tiempo el punto de transmisión dentro del marco del propio cartel, desplegado en torno al agujero del saber indexado por el significante del Otro barrado.
Es en relación con el índice del significante del Otro barrado donde quizás podríamos intentar elaborar algunas de las coordenadas de transferencia y transmisión que están en juego en el cartel, en correlación con la lógica que está en juego en el dispositivo del pase.