Os transmitimos a continuación lo más destacado de la 2ª reunión del Colegio del Pase que se celebró el domingo 16 de abril.
Agradezco a Shula Eldar y Patricia Tassara las actas tomadas de la reunión que han permitido, a partir de ellas, transmitiros los debates de la segunda reunión del Colegio.

“El Pase una sola vez: el Pase acontecimiento” es la orientación que ha seguido el Colegio del Pase de la ELP. A partir de esta orientación y de la valoración de la situación del Pase en la ELP, sus funcionamientos y las consecuencias a extraer de ellos, se abrió el debate sobre la política a seguir en cuanto a las modificaciones necesarias que habrá que llevar a cabo en el dispositivo, eventualmente reflejadas en un nuevo reglamento.
Sabemos que no es posible eliminar futuros disfuncionamientos, pero sí estar advertidos para captarlos y ponerlos al trabajo en el Colegio del Pase y en la Escuela.

La cuestión del pasador

“Placa sensible”: con esta expresión Lacan situó la función del pasador, en el corazón del Pase. “El pasador es el Pase”, señalaba Lacan, por el momento que atraviesa en su análisis, momento de Pase, que no ha de confundirse con el final del análisis.
El pasador es una pieza esencial del dispositivo: sobre él recae la transmisión del testimonio del pasante al cártel. A partir de la transmisión que hace, el cártel podrá o no, concluir sobre una nominación.
La frescura y la cercanía a la experiencia prevalecen, pues, más allá de cualquier otra condición.
La mayoría de los pasadores hicieron un buen trabajo de transmisión y de su entusiasmo se pudo deducir la implicación de su deseo. En algunos casos hubo dificultades que el Colegio tomo en cuenta.
Los pasadores se designan, no se nominan ni se nombran. Lo que rige para ellos es la lógica de la designación. La nominación está reservada a los casos de Pase, a los AE. Tampoco se trata de un nombramiento ya que éste implica una dimensión de jerarquía o mérito curricular que es ajena a la lógica del Pase.
El AME que designa un pasador ha de preservar el vacío de sentido de esa función que es: temporal, y discreta. El pasador puede no ser miembro de la Escuela.
Dicho esto, los actos se miden por las consecuencias, inesperadas a veces en los efectos que producen.
Lacan en La Nota italiana señala que “los pasadores se deshonran al dejar la cosa incierta”. Es decir, que en la transmisión que hace el pasador al cártel, su propia enunciación está concernida. De ahí la importancia de la transmisión que hará el pasador. Lo sepa o no, cada uno transmite una apuesta, y en este ese sentido, se puede pensar que, sea cual sea, la cosa nunca queda incierta.
Cada pasador pone en juego, por su enunciación, una evaluación respecto a si habrá o no Pase. O sea, cada pasador ya tiene una posición y participa de acuerdo a ella.
Es preciso no confundir el momento de fin de análisis y la conclusión que comporta un final de la cura.
Una designación de pasador funciona como una interpretación y, debido a ello, un analista no sabrá a priori el efecto de la misma. La apuesta del AME se verifica a posteriori. Es deseable que la designación no se acompañe de ningún juicio de valor.
Un cártel del pase, tiene sus herramientas para saber responder a las dificultades que pueda encontrar. Además de tener una conexión con el Secretario del Pase de la AMP, función ésta a cargo del Secretario del Pase.
El pasador que puede ser sorteado para formar parte de un cártel, es aquél que ha finalizado el periodo de dos años de ejercicio en los cuales ha escuchado a los pasantes. Si es sorteado formará parte del cártel del Pase en calidad de uno de sus cartelizantes.

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