Comenzaré mi intervención retomando algunos de los puntos que han sido expuestos en las presentaciones que me han precedido.

Estoy muy de acuerdo con la introducción realizada por Iolanda Ferreres, a pesar de que no es exactamente «el huracán trans» lo que ha permitido que nos hagamos las preguntas con las que actualmente nos confrontamos. Más bien se lo debemos a la enseñanza de Lacan, y en primer lugar a su Seminario XIV (La lógica del fantasma), de reciente publicación, donde declaró que «no hay acto sexual», elaborado posteriormente en su enseñanza como «no hay relación sexual que se pueda escribir». Se trata de la generalización de lo que introdujo Freud como castración, un menos en el goce, que nos replanteó el marco en el que los avatares de la sexuación, que se han producido en la modernidad, podrían ser aclarados. Y es verdad que el último “huracán trans” confirma que lo real de los fenómenos que se producen, y que tratamos de descifrar, están enmarcados en «no hay acto sexual» y «no hay relación sexual que se pueda escribir».

En su presentación, Vilma Coccoz nos presentó, de manera muy interesante, toda la actualización. En España es un tema candente, puesto que es ahora el laboratorio en Europa que trata de suturar lo trans mediante una ley. Una ley que toma como modelo oculto la ley argentina, y que, por tanto, es la primera importación exitosa a Europa de las conjeturas argentinas sobre el tema, por lo que vale la pena seguirla en todos sus detalles. Más aún, es la primera importación de los resultados del feminismo de América Latina a Europa en sus diferentes vertientes. En España, este conflicto con sus diversas opiniones, está representado, de manera asombrosa, en el propio parlamento, dando una visibilidad que no existe en ningún otro país europeo. Así podemos pensar que este trasvase de las construcciones elaboradas en Argentina a Europa nos pueden proporcionar también una mayor visibilidad de sus consecuencias. En una secuencia centrada en el niño trans y sus problemas presentada en las Jornadas del Instituto Psicoanalítico del Niño, se pudo constatar que había muy pocas elaboraciones en forma de datos, reflexiones, tanto en la práctica analítica como en la psiquiatría en Argentina, sobre las consecuencias de la ley tres o cuatro años después. Podemos pensar que este flou, podrá ser aclarado por este pasaje a un ámbito en el que las consecuencias serán exploradas de manera más precisa.

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