«Nos las tenemos que arreglar con pocos semblantes, con mucha increencia y con un Otro que se reduce al cuerpo que apenas tenemos».1
Estamos inmersos en un proceso de transformación que ya lleva décadas (internet, lo digital, etc.) y que la pandemia solo lo ha puesto aún más de manifiesto. Es tentador ceder a la inercia de la nostalgia o a quedarnos en la queja por lo que no hay. Pero se podría hacer un uso lúcido de lo virtual para mantener viva la transferencia y acoger las nuevas condiciones que posibiliten la transmisión del discurso analítico y las transferencias de trabajo. Es decir, sostener la experiencia con los medios que sea posible frente al imposible.
Para hacerle frente a «Esas volutas capciosas que hacen olvidar que ahí donde se sufre, se goza»2 está el analista. Pero para ello debe aprender la lengua del Otro y los retoques de lalengua que provoca, en estos momentos, la forma en que circula por las redes. ¿Cómo insertarnos en este nuevo fluido vital, este pneuma cibernético?
«El discurso del amo siempre quiere lo mismo, el discurso del amo quiere el como todo el mundo».3 El psicoanálisis falso es el que sigue los pasos de la norma y se piensa como terapéutico. Para Jacques-Alain Miller: «No hay contraindicaciones al encuentro con un analista.»4 Pero ¿sí al formato de esos encuentros sin preguntarnos cómo abordamos los lazos virtuales o investigar cómo está implicado el cuerpo en la virtualidad?
Es necesario interrogarnos sobre la posición del analista en relación a la transferencia, al acto y a la interpretación a través de medios virtuales, sobre todo cuando su uso deja de ser una elección forzada. Reflexionar sobre las dificultades, escollos pero también las sorpresas en relación a algo del goce en juego y su elaboración online. Hemos constatado que la interpretación llega más lejos que la palabra. ¿Por qué no tomar la palabra e intentar repercutir aun sabiendo que el teléfono, el Skype o cualquier otro medio no sustituyen la presencia, pero bien pueden ser su evocación en momentos donde no es posible el encuentro presencial de los cuerpos? Haciendo «rodar, esa parte extraída en la maleza que es el objeto a como voz.»5