El teclado lógico del fantasma

El año 2023 comenzó con un acontecimiento editorial, recibimos la noticia de la publicación del Seminario XIV de Lacan establecido por Jacques-Alain Miller, un seminario que aborda uno de los aspectos más oscuros de la experiencia analítica y de la condición humana.

Es un hecho que la puesta en práctica de la asociación libre lleva al analizante a encontrarse con algo que tiende a no decir porque toca lo más intimo del goce de su cuerpo. Decir sin reflexionar sobre lo que pasa por su mente le permite al sujeto descubrir que hay algo que organiza los sueños, algo que surge también del desciframiento de sus lapsus y que se presenta en el malestar de sus síntomas, es lo que llamamos el fantasma fundamental. Bajo transferencia, el fantasma acaba convirtiéndose finalmente en el elemento más importante de la interlocución.

Lacan se interesa por llegar al punto en el que el analizante puede atravesar el fantasma, es decir, separar sus dos componentes esenciales y hacer aparecer finalmente el decorado del fantasma. Ese franqueamiento produce un nuevo deseo, una relación diferente con el fantasma, con lo imaginario, con la pareja sexual y, también, una relación diferente con el goce de su cuerpo.

Desde la primera sesión del Seminario, Lacan anuncia que va a partir del “binario S barrada, poinçon a pequeña”1, una fórmula cuyo primer esbozo lo encontramos en el Seminario VI 2. El fantasma está escrito en una fórmula (o matema) que aparentemente elimina cualquier referencia al desarrollo, situando al sujeto dividido (S tachado) en su relación con el objeto a , causa del deseo, objeto que Lacan consideró como su innovación más importante en psicoanálisis. En la fórmula, entre el Sujeto y el objeto, Lacan escribe un poinçon, un corte que viene a inscribir el borde que resulta de las dos operaciones lógicas de la alienación y separación que Lacan ha comentado en el Seminario XI.

Lacan busca en la lógica un foco de luz para alumbrar mejor esa zona oscura de la experiencia con el fin de que el analista pueda experimentar mejor el lugar que el fantasma tiene para el sujeto.

Lo que Lacan precisa bien en este Seminario es que el fantasma no es un metalenguaje, sino un meta-discurso, un discurso “al lado” del sujeto, que lo acompaña en sus elecciones amorosas, en sus actuaciones y especialmente en aquello que no anda, sus síntomas.

En este seminario, Lacan interroga también sobre lo que el inconsciente y la sexualidad pueden aportar a la lógica. Su idea es indagar la dificultad que la sexualidad plantea a la lógica y apunta a introducir en la lógica clásica lo que el psicoanálisis puede aportar sobre lo que Miller nombra como la “consistencia lógica del objeto a”, la consistencia lógica de los objetos que son el soporte del deseo, objetos que por estar fuera del cuerpo se escapan del registro imaginario. Lacan lleva a los psicoanalistas a tener que pasar por la lógica, a razonar sobre lo que no pueden ver y a que se puedan poner de acuerdo, si son lógicos.

Al comenzar el Seminario3, Lacan empieza mencionando la aparición de un artículo sobre el sentido de la palabra estructura en matemáticas en el que explica extensamente el grupo matemático de Klein.4 Lacan lo toma para abordar la lógica del fantasma esperando que rinda buenos servicios. El término de “estructura” estaba entonces en boga en el campo de las llamadas ciencias humanas y el diagrama del grupo de Klein como grupo de permutaciones se encuentra ampliamente utilizado por Lévi-Strauss, desde 1949, en el estudio de algunos sistemas de parentesco como el sistema Kariera.5

Lacan empieza cruzando audazmente el grupo matemático de Klein con el cogito cartesiano, modificado para poder expedir la alternativa “O yo no soy, o yo no pienso6 lo que le permite resumir en cuatro tiempos el curso de una análisis.

En este Seminario XIV y el siguiente sobre El Acto psicoanalítico, Lacan estudia la operación lógica de la alienación pero sin emparejarla con la separación e inscribiéndola en la estructura de cuatro términos del grupo de Klein a partir de una descomposición del cogito cartesiano. La separación entre el Sujeto y el Otro introducida, en 1964, en el Seminario 11, es ahora reemplazada por la separación entre el objeto a y -phi al final del análisis.

El último capítulo del Seminario, que Miller titula “El axioma del fantasma”, apunta a la función de axioma que el fantasma tiene para el sujeto. Lacan se remite al texto de Freud sobre “Pegan a un niño” donde el fantasma es una frase: “A partir de aquí, el clínico (…) se autorizará a dar lugar a algunos hechos: el hecho, en primer lugar, de que un fantasma es una frase, del estilo pegan a un niño.7

“Pegan a un niño” no es una historia completa, no está suelta y como tal completa como fragmento. El soporte de la pulsión en el fantasma es una frase y esto es lo que lleva a Lacan a decir que el fantasma fundamental cumple la función de axioma: “el fantasma se distingue de las leyes de deducción variables que especifican en cada estructura la reducción de los síntomas, por figurar allí bajo un modo constante”.8

Existe pues una ley de goce que desafía las prohibiciones y que empareja un goce que siempre cojea respecto al ideal de la conjunción sexual.

En el Seminario prevalece un abordaje del objeto a orientado por la lógica. Como hemos señalado más arriba, el objeto a no tiene un estatuto imaginario, a pesar de que se le suela enganchar o colgar lo imaginario. Esto explica que Lacan sitúe presente el objeto a como un número irracional, el llamado “numero de oro”. Lacan esclarece el acto sexual a partir del “número de oro”, de donde se deduce que “no hay acto sexual” (un primer esbozo del conocido aforismo “no hay relación sexual”).

Anticipando lo que va a desarrollar en el Seminario XX, Lacan señala que el lugar de lo Simbólico no es la mente, el alma, sino el cuerpo: “el cuerpo es el Otro”. Lacan ya está hablando del cuerpo como una superficie de inscripción pero descartando la creencia de que habría algo en el cuerpo que vendría a registrarse como una suerte de “huella primaria”.9 Lacan muestra que la verdadera marca es un agujero que hace que los significantes se vuelvan inolvidables para quien los recibió.

El inconsciente es algo que se inscribe como agujero, blanco fundamental, imposible de recordar. Lacan lo resume de un modo impactante al escribir que “el inconsciente no es subliminal, débil claridad, es la luz que no deja lugar a la sombra ni al contorno insinuarse. Representa mi representación allí donde ella falta, donde no soy más que una falta de sujeto. De ahí el término en Freud: “representante de la representación”10.

Finalmente, este seminario junto al siguiente está en el corazón de la teoría institucional de Lacan en la medida en que son contemporáneos de la invención del pase. El pase apuntaba a localizar el deseo que le permite al sujeto “recoger el guante” de una operación cuyo secreto ha conocido al haber hecho todo el recorrido hasta el final del proceso analítico (conocido como el desêtre).

El objetivo del análisis es poner un fin a la indeterminación del sujeto y acabar con la falta en ser. Entrar en análisis por la puerta del “no sé quien soy” no lleva a poner un fin a la indeterminación, deja al sujeto sin salida. El sujeto producto del inconsciente puede encontrar algo que le permita afirmar “soy” solo a partir de la articulación entre el sujeto y el objeto, que reconocemos con el nombre de fantasma. Ahora bien, si bien la construcción del fantasma supone poder llegar a afirmar el “soy”, Lacan lo llama el impasse del sujeto indicando que un análisis que concluye ahí deja al sujeto en un sin salida, en un impasse. Evidentemente, el paso que le falta dar es la ubicación de la puerta de salida. Si el fantasma es el impasse del sujeto, la puerta de salida se llama el pase.

Vicente Palomera, AME. Miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Psicoanalista en Barcelona.
vpalomeralaforga@gmail.com

Le Séminaire, Livre XIV, La logique du fantasme. Texte établi par Jacques-Alain Miller, Jacques Lacan, Seuil & Le Champ Freudien, Paris, janvier 2023.

Notas:

  1. Lacan, Jacques. Le Séminaire. Livre XIV. La logique du fantasme, Texte établi par J.-A. Miller, Seuil & Le champ freudien, Paris, 2023, p. 12.
  2. Lacan, Jacques. El Seminario. Libro 6. El deseo y su interpretación, (traducción de Gerardo Arenas), Paidós, Buenos Aires, 2014, p. 434.
  3. Lacan, Jacques. Le Séminaire. Livre XIV, op. cit. p. 80.
  4. Barbut, M., “Sur le sens du mot structure en mathématiques”, Les Temps modernes, nº 246, Novembre, 1966.
  5. Lévi-Strauss, C., Las estructuras elementales del parentesco, Paidós Buenos Aires, 1969, capítulo XI.
  6. Miller, Jacques-Alain. “Texto de la contraportada”, en: Lacan, J., Le Séminaire. Livre XIV. op. cit.
  7. Lacan, Jacques. “La lógica del fantasma”. Reseña del Seminario de 1966-1967, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 346
  8. Ibidem
  9. Lo que Serge Leclaire sostiene en su libro Psicoanalizar al imaginar que las primeras caricias de la madre eran una suerte de “pre-significante” que se inscribía en el cuerpo, marcando y delimitando los bordes que, más tarde, se convertirían en significantes.
  10. Lacan, Jacques. ”La equivocación del sujeto supuesto saber”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2002, p. 360.