En octubre del pasado año iniciamos el Seminario de investigación “Hermano, en sentido neutro” en la ex-Sección Clínica de Barcelona. Ese título es una expresión de Lacan que figura en su escrito de 1938 al tratar “El complejo de la intrusión”1. ¿Por qué elegimos este tema? Sin duda por su importancia epistémica y clínica que no es ajena a la política. En nuestra época ya se cumplió lo que Lacan advertía en ese texto, “la declinación de la imago paterna”. Ante su ocaso actual, nos surgía una pregunta. ¿Se imponen las sociedades de hermanos? ¿Hermanados a causa de qué o quién? La fraternidad es cosa seria cuando se revela como fuente de las más diversas formas de segregación.

Es así que partimos de la lectura de ese escrito advertidos de su importancia por J.-A. Miller. No ignorábamos que era lo más cercano temporalmente al “Estadio del espejo…”, al original presentado en Marienbad en 1936. Y nos propusimos seguir las transformaciones de esa huella en la enseñanza de Lacan. En el mes de enero de este año, cuando estábamos concentrados en las famosas hermanas de la época, las Papin, se produjo lo tíquico, la buena fortuna. Recibimos la noticia de la publicación en Seuil de los Premiers écrits de J. Lacan.

Delirios a dúo atípicos

Nos referiremos al escrito “Folies Simultanées” de 19312. En cuanto al título, evoca a J. B. Regis quien en su tesis de 1880 designó así a la “folie à deux”, es decir, subrayó en estos casos que las alucinaciones y los delirios se desencadenan al mismo tiempo en ambos sujetos sin que exista comunicación de la locura propiamente dicha.

En este texto, Lacan presenta dos casos de “délire à deux”. Ambos se producen entre madre e hija. En la primera frase leemos “…cuya originalidad nos ha parecido residir en su autonomía casi completa, que contiene una parte de crítica recíproca”3. Luego explícitamente se refiere a la diferencia que presentan con la doctrina clásica que sostiene contagio mental al discernir un delirio inductor de uno inducido.

Es verdad que en las importantes y esclarecedoras observaciones de Lasègue y Falret que sentaron las bases clínicas de la “folie à deux”, ellos establecían en muchos casos “una ecuación […] entre el enfermo activo […] y el individuo receptivo que sufre en formas y grados diversos su influencia”4. Y que luego pasaron no sólo a describir esas diversidades, incluso contemplaron la responsabilidad en juego. Pero señalar casos de “autonomía casi completa” en este tipo clínico, puede resultar un tanto sorprendente.

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