La interpretación es creacionista. Sin embargo si mi práctica ha evolucionado no es porque haya abandonado la interpretación del deseo sino por no orientarme en ello y centrarme en un término (…) que destituye al analista respecto a ese poder creacionista que la interpretación del deseo le confería.

Indudablemente, esta potencia de la palabra hay que adquirirla y es lo que se enseña en el control. No es esencialmente el arte del diagnóstico lo que se enseña (…), sino el método para que la palabra del analista adquiera potencia, para que pueda ser creacionista. Si resumimos dicho método podemos decir que es elemental, es decir, que hay que aprender a callarse.

Jaques-Alain Miller, El Uno solo, clase del 11 de mayo de 2011.

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