Carolina Koretzky

Un despertar más allá de la angustia

“Ese es uno de mis sueños; tengo derecho, al igual que Freud, a comunicarles mis sueños. Al contrario de los de Freud, no están inspirados por el deseo de dormir; a mi me mueve más bien el deseo de despertar. Pero en fin, es particular”[1]. ¿Sueños inspirados por el deseo de despertar? Esta frase enunciada por Lacan en 1974 parece enigmática por varias razones. A saber: por una parte, desde el punto de vista de la teoría freudiana del sueño, esta frase plantea una clara contradicción ya que para Freud los sueños son el resultado de un compromiso; se trata, ante todo, de una formación que es el resultado del acuerdo logrado entre un deseo inconsciente, prohibido e infantil, y la barrera de la censura, la cual impone sus prerrogativas para cualquier acceso a la conciencia; es precisamente este compromiso el que permite continuar durmiendo. El fenómeno de interrupción brusca del sueño no se le escapó a Freud ya que lo planteó como una excepción a su teoría general del sueño. Esta contradicción, de antes del descubrimiento de un más allá del principio del placer, fue rápidamente resuelta: la aproximación del deseo inconsciente que no logra estar suficientemente disfrazado (figurabilidad) desemboca en el fracaso del compromiso y la angustia hace irrupción a fin de poner fin al sueño como último recurso. La teoría del sueño en Freud demuestra efectivamente que el gran deseo del sueño es el de seguir durmiendo.[2] Vemos bien cómo la tesis de Lacan: “nos despertamos para continuar durmiendo” no es diferente de la concepción freudiana de los sueños. Sin embargo, enunciar que habría sueños inspirados por un deseo de despertar parece un extraño asunto. Es así sin embargo como Lacan pone una línea de demarcación entre el deseo que anima a Freud y el que, para Lacan mismo, vendría a indexar el suyo de forma ajustada. Pero ¿qué podemos entender por “deseo de despertar”? ¿Qué sería un sueño animado por un deseo de despertar? ¿Y cómo entender tal frase cuando al final de su enseñanza Lacan no cesa de señalar que no nos despertamos nunca? ¿Cuál sería la especificidad de este deseo de despertar en Lacan?

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