Araceli Fuentes

Llamamos urgencia a la modalidad temporal que introduce el trauma. Desde el punto de vista del psicoanálisis la urgencia tiene un estatuto muy diferente al que tiene en otros discursos, el médico o el político. Los psicoanalistas, como dice Éric Zuliani, no entendemos la urgencia en términos de conducta, lo que nos llevaría a hablar de los sujetos que están en situación de urgencia y los que no lo están. Siguiendo a Lacan llamamos urgencia a lo que empuja a un sujeto a dirigirse a un analista, a hacer una demanda. Hay “urgencia” cuando las significaciones habituales de un sujeto han sido desgarradas por la emergencia de un real traumático.

Tanto el sujeto que vive la urgencia como el analista que ha de tratarlo se ven afectados por ella. Es más, hay una urgencia específica del analista de la que habla Lacan en Prefacio a la edición inglesa del Seminario 11: “La urgencia que preside el análisis”.[1] En los Centros de Psicoanálisis Aplicado (CPCT, CPA), tratamos la urgencia pero también lo hacemos en las consultas. La diferencia es que cuando se trata de los Centros de Psicoanálisis Aplicado, los tratamientos por tener un límite temporal explícito introducen la urgencia en el dispositivo mismo.

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