Enric Berenguer

Con este título, Decidir el deseo, pretendíamos plantear una reflexión sobre lo que Lacan, en un texto clásico como es La dirección de la cura, plantea sobre las consecuencias que podría tener el deseo del psicoanalista para una ética. No se trataría solamente de un concepto a tener en cuenta en la cura analítica, sino que interesan las consecuencias generales, podríamos decir, éticas, incluso políticas, del deseo del psicoanalista.

Entonces, Decidir el deseo es una frase que adquiere o toca un punto que me parece fundamental de una problemática que encontramos de diversas formas en nuestro mundo actual. El sujeto contemporáneo es un sujeto que parte de la evidencia de su derecho a decidir, es más, plantea este derecho a decidir a partir de un imperativo, de una defensa a priori y a ultranza, de una modalidad de goce particular, la cual eleva a la categoría de un derecho universal que debe ser reconocido por todos. De alguna manera esto también entra en sintonía con el discurso capitalista en tanto es un discurso que promueve cierta articulación a desvelar entre el deseo y el goce. ¿Tiene entonces el psicoanálisis algo que decir? Por supuesto no se trata de discutir el derecho del sujeto a decidir, sino de poner en tensión y en cuestión los términos en los que esta decisión se plantea.

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