Enric Berenguer: Una vez hemos podido escuchar a los cuatro ponentes, empezaré haciendo un pequeño comentario sobre algún punto de cada presentación para luego abrir el debate en la mesa.

En primer lugar, Paola Bolgiani nos ha planteado una tesis fuerte que me parece podría ir en la línea de la que hace Freud, en su texto Psicología de las masas y análisis del yo, cuando señala que en realidad el funcionamiento de la masa se puede reducir a una célula elemental en la que no se puede diferenciar entre la psicología individual y la colectiva. Y Freud plantea la pareja entre el Yo y el hipnotizador, esta dimensión de la hipnosis.

Pero Paola ha planteado algo muy novedoso. Es una nueva forma de pensar la dimensión de la masa en política, que me parece que constituye una interpretación interesante de lo que encontramos hoy día en eso que llamamos “momento populista”: una nueva pareja entre el estúpido y el canalla. Es una tesis fuerte de lo que es la dimensión de la masa política actual.

La aportación de Gil Caroz me parece que toma las cosas a partir justamente de la objeción que plantea Lacan a la definición de Freud del límite del fin del análisis. Este último plantea que no hay un más allá de la roca de la castración, lo cual podría decirse condena a cada hombre a seguir planteando su goce en términos de masculinidad, y a cada mujer a seguir planteando exclusivamente su goce en relación a las salidas que Freud piensa para el goce femenino.

Es importante esta manera de retomar esto que, además, tiene un valor particular en un momento como el actual en que los significantes “hombre” y “mujer” están sometidos a una tensión particularmente fuerte. En la actualidad, parecería que los géneros se multiplican, y Gil Caroz hace el esfuerzo de mantener el rumbo de lo que Lacan plantea a partir de las fórmulas de la sexuación pero situándolo de una forma que me parece muy interesante: en el final de análisis no se trata de una identificación tranquila y placentera del sujeto con el goce sino de un verdadero combate con su propio cuerpo para ir más allá de los límites de lo que es justamente la posición de partida respecto de su propio goce. Me parece un combate completamente contrario a la guerra que planteaba Paola Bolgiani: se trata de un sujeto en guerra consigo mismo.

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