Texto de Marco Focchi

En la primera enseñanza de Lacan el deseo es una falta. El sujeto persigue metonímicamente aquello que le falta sin poderlo aferrar nunca, como en el castillo de Atlante de Ariosto, en el que los caballeros son atraídos por algunas imágenes —una dama necesitada de ayuda, un caballo, el enemigo perseguido—, permaneciendo prisioneros en un laberinto de ilusiones similar a la trampa de las aspiraciones irrealizables en la que permanece atrapado el neurótico.

Que el deseo sea una falta se debe a que el sujeto, en la primera enseñanza de Lacan, es concebido no como una sustancia sino como falta en ser. Mientras la práctica del psicoanálisis se regula a partir de la noción de deseo, su instrumento principal es la interpretación. Deseo e interpretación van juntos. La falta en la que consiste el deseo es, de hecho, en última instancia, la falta fálica, y el falo es el significante semántico por excelencia, el significante en el cual se centra la interpretación. El falo, lo sabemos, es un semblante, y una práctica del psicoanálisis que tiene como centro de gravedad la interpretación persigue los semblantes nutriendo de sentido a la falta. Ésta es también la potencia de la palabra que el psicoanálisis revela, valoriza y pone en uso: el arte es hacer surgir sentido de la nada, hacer algo con lo que falta. Es un poco como lo que les ocurre a los personajes de El mago de Oz: el León no tiene coraje, pero cuando se presenta una situación que lo requiere es justo él quien logra afrontarla; el Espantapájaros carece de cerebro, pero es él quien encuentra soluciones ingeniosas cuando son necesarias; el Hombre de Hojalata no tiene un corazón, pero es precisamente él quien en diversas ocasiones muestra la mayor generosidad. Al final, el Mago, que es un gran charlatán, para satisfacer sus demandas les dará una poción falsa que contendría el coraje, que el León beberá ávidamente; un poco de serrín, que actuará como cerebro para el Espantapájaros, y un corazón de trapo y alfileres para el Hombre de hojalata, y cada uno, sostenido en estos semblantes, reinará con sabiduría, justicia y gran satisfacción.

Debes acceder para ver el resto del contenido. Por favor . ¿Aún no eres miembro? Únete a nosotros