Texto de Jesús Sebastián

Sí, creo que puede nombrarse como transferencia y esta afirmación es, en cada caso, una decisión, un plan de trabajo. En primer lugar, se trata de “no retroceder ante ella”, expresión que Éric Laurent utiliza en su comentario sobre el trabajo de Meltzer y su equipo: “Retroceden ante la transferencia” aunque lo que transmiten de su trabajo con niños autistas “nos permitirá decir que, después de todo, hay un tipo de transferencia”.1

Las dificultades para la transferencia en el autismo podemos pensarlas hoy a la luz del trabajo que Jacques-Alain Miller realiza sobre la última enseñanza de Lacan. Con el parlêtre, más bien que con el sujeto del significante; el Otro, dejando lugar al cuerpo propio, el Un-cuerpo; contando con lalengua, no sólo con el lenguaje. En “el reverso de la enseñanza de Lacan, ya no es el sujeto del significante, ni tampoco el sujeto de la identificación, sino el ser humano, que Lacan califica de parlêtre”. “En el lugar del Otro, hay un principio de identidad totalmente distinto, el cuerpo. No el cuerpo del Otro sino, como suele decirse, el cuerpo propio, el Un-cuerpo”.2 Miller señala que los Lefort, en su texto Nacimiento del Otro,3 “se esfuerzan en mostrar precisamente cómo el Otro se construye a partir del Un-cuerpo”.4

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