Entrevista a Laurent Dupont

Realizada por Victoria Vicente

Victoria Vicente (VV): En una entrevista que le hizo Myriam Perrin, para Ironik1 al hablar de los tratamientos con niños y adolescentes, indica un doble movimiento: por un lado dice que, al principio de una cura, se trata de escuchar el bricolaje de los significantes para después alejarse. Se refiere al desapego del que J.-A., Miller habla en Sutilezas analíticas cuando se refiere a la “posición del guerrero aplicado”, contraria al entusiasmo.2 ¿Podría comentarnos alguna cosa más de estas dos posiciones?

Laurent Dupont (LD): En todo sujeto que va a ver a un analista hay una relación con el significante en cuanto que S1 a veces desamarrado del S2. No podemos abordar a estos sujetos como si fuéramos “los guardianes de la realidad social”,3 debemos situar el lugar del Otro, el lugar del cuerpo, el tratamiento de lo real en juego: ¿simbólico, imaginario o real? Esta atención a los más pequeños detalles significantes que trae el sujeto, ya estén tomados en un discurso o referidos a lo que se pone (vestidos, piercings, tatuajes), no es muy compatible con una posición de analista entusiasta. El guerrero aplicado está próximo al samurai, no tiene la chulería de un D’Artagnan o de un Cyrano, en cierta manera está más cerca de Don Quijote: acepta tomar los molinos de viento por gigantes si el sujeto sitúa allí su relación con el Otro. El analista guerrero aplicado conoce el alcance de su soledad en el acto y sitúa en qué medida el sujeto que está allí puede hacer, hace bricolaje, con la soledad radical de su existencia como Uno solo.

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